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  NAVARRA
 
 
 
 
Navarra tiene hoy medio millón de habitantes y unos diez mil kilómetros cuadrados; es lo que queda del antiguo Reino de Navarra, que tenía aproximadamente entre el dobley el triple de extensión, a un lado y al otro de los Pirineos.
La población ha sido principalmente de raíz vasca (vascona) y es mencionada ya con los primeros historiadores romanos, que mostraron la gran dificultad que tenían los generales de Roma en conquistar esas tierras para incorporarlas a las ricas provincias romanas de Hispania.
La capital, Pamplona (Iruña, en vasco) presume sin mayor fundamento haber sido creada hace unos dos mil años por el general romano Pompeyo, aunque realmente, la ciudad romana se construyó sobre una anterior aldea vascona, con la intención de dominar los romanos desde esa comarca las comunicaciones entre el río Ebro y los Pirineos, entre la Penísula Ibérica (España, Portugal) y la Galia (Francia). Bajo la actual catedral, gótica, se han encontrado yacimientos romanos de cierta importancia.
Parece que la invasión árabe del año 711 dJC apenas llegó a Pamplona. Una de las primeras joyas de la literatura europea, la Chanson de Roland, canta melancólicamente cierta batalla que tuvo lugar (en el año 778) en los alrededores de Roncesvalles (lugar que, siglos después adquirió gran importancia con el Camino de Santiago, que allá cruzaba los Pirineos para entrar en la Penísula y llegar hasta Compostela) y que perdieron los francos, con su emperador Carlomagno a la cabeza. Pero, entre otras muchas inexactitudes, equivoca al vencedor, ya que afirma fueron los árabes cuando en la realidad, fueron los vascones quienes derrotaron en Roncesvalles a un muy numeroso ejército franco, hasta entonces invencible, como venganza pues Carlomagno intentaba conquistarles y había hecho derribar poco antes las murallas de Pamplona. A su vuelta a Francia, ocurrió su derrota, en la que murieron los llamados doce pares de Francia, su predilecto y sobrino Roland entre ellos. Carlomagno abandonó definitivamente su idea (sólo hubo otro intento de invasión desde el norte, también fallido, más de mil años después, al ocupar Napoleón casi toda la penísula).
Así, el origen del Reino de Pamplona vino poco después de la invasión árabe, hacia el siglo VIII. A medida que fueron desalojados los invasores árabes hacia el sur, proceso que en el conjunto de la península duró unos siete siglos, el Reino de Pamplona pasó a llamarse de Navarra y fue creciendo en todas direcciones: hacia el Norte, tomando territorios de los actuales Departamentos franceses de los Pirineos Atlánticos y Altos Pirineos. Hacia el Oeste, Vascongadas; hacia el Este, con algunas comarcas limítrofes del Reino de Aragón. Hacia el Sur, llegando al río Ebro y algo más allá.
Pero la expansión geográfica resultó efímera y pronto Navarra fue cediendo territorio a los reinos de Castilla y de Aragón, y de Francia, harto más potentes. En ocasiones para sobrevivir a tales vecinos se pusieron los reyes de Navarra bajo vasallaje de los reyes de Francia e incluso las últimas dinastías reales navarras (los Thibault o Teobaldos, los Champagne, los Albret o Labrit), eran de origen francés.
Desde los inicios del siglo XVI permanece Navarra en su actual superficie, tras abandonarse la Navarra francesa, la Baja Navarra o "Sexta Merindad", porción al Norte de los Pirineos, que se mantuvo algo más como Reino, siendo Henri IV, roi de la France et de la Navarre el primer Borbón; destacando también su esposa la reina Marguerite de Navarre, autora de El Heptamerón, famosa obra en la línea formal de El Decamerón, muy en boga entonces. Mientras, la mayor parte de Navarra, la situada al Sur de los Pirineos, se vinculaba a las dinastías españolas.
Información extraída de la página de Iturnet: iturnet.es
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